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Desde los recuerdos de una familia, el escritor reconstruye la guerra de Líbano
y revisa la construcción de identidad y asimilación de los inmigrantes llegados
a México en "La casa de las once puertas", presentada en la FUL
2015
Pachuca de Soto, Hgo., a 14 de septiembre de 2015 La nostalgia del hogar, la
reconstrucción de identidad y la asimilación en una tierra nueva se convierten
en los hilos conductores de la novela “La Casa de las Once Puertas”, donde
Carlos Martínez Assad se adentra en el conflicto armado del Líbano y los
procesos de integración y asimilación que enfrentaron los inmigrantes libaneses
a su llegada a México, a principios del siglo XX, a partir de los recuerdos
familiares y de infancia de su protagonista.
La novela editada por Océano y presentada en la Feria Universitaria del Libro,
FUL 2015, que organizó la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y
su patronato, forma parte de una trilogía, junto con las obras “En El Verano,
La Tierra” e “Historia del Líbano”, donde el investigador y académico aprovecha
los recursos novelísticos para revisar desde una perspectiva más humana el
conflicto armado del Líbano y sus implicaciones en quienes decidieron dejar su
patria para buscar suerte en otro continente.
“Es una trilogía sobre el vínculo, sobre la relación que tiene México con
Líbano, un país distante y muy pequeño, pero con una relación que los hermana y
tiene mucho sentido por la cantidad de inmigrantes que proporcionó a México ese
país”, dice el autor, tras recordar que esta influencia libanesa sigue presente
en la vida cotidiana de los mexicanos, a través de su gastronomía, símbolos
masones, la forma de hacer negocios e incluso los nombres y descendencia de
algunas de las familias más importantes del país.
"’En el Verano, La Tierra’, habla del movimiento de migración, las
dificultades que van a tener los migrantes en el trayecto de Líbano a México y
del trayecto del nieto para conocer la tierra de la que han hablado sus
abuelos. Es la pérdida de la inocencia. En ‘La Casa de las Once Puertas’
tenemos al mismo personaje pero en su infancia; ya no es el proceso de
movilidad sino el asentamiento, la integración de los libaneses a México”,
precisa Martínez Assad y resume que dichas características le dan unidad a la
obra y van más allá, la superan.
“El descendiente de inmigrantes rememora parte de una identidad que hace
coincidir en tiempo y espacio en parte de una conformación familiar de la que
es heredero. ‘La casa de las once puertas’ reconstruye una historia familiar a
partir de los recuerdos de un personaje (maestro rural, patriarca y abuelo del
protagonista) que se asimila a un contexto de voluntad, esfuerzo y liderazgo
para marcar su herencia de aculturación en su descendencia”, explica el
investigador, quien a lo largo de sus relatos hace una revisión del conflicto
armado en Líbano, desde las últimas décadas hasta su situación en el siglo XXI,
dando como resultado un país dividido con una sociedad terriblemente afectada.
Así pues, explica que el objetivo de la novela es ofrecer una mirada cercana
sobre el proceso de asimilación de las comunidades inmigrantes a su llegada a
México, sobre la forma en que los viajeros se van fusionando con la realidad
nacional y el proceso de construcción de identidad propia en una tierra nueva
que rápidamente incorporó su descendencia dentro de la cultura mexicana.
“Hubo factores que ayudaron a su incorporación, el hecho de ser cristianos; la
facilidad con la que adoptaron el español en lugar del árabe (lengua impuesta
durante el proceso de conquista en el Líbano) y la forma de crear una identidad
propia al asimilar la cultura nueva con sus propias tradiciones. Todo ello
permitió que la comunidad libanesa tuviera una asimilación más rápida que la de
otras comunidades de inmigrantes”, explica Martínez Assad, luego de señalar que
está obra donde la realidad y la ficción se mezclan para dar testimonio de una
etapa histórica, los migrantes libaneses se convierten en testigos de los
procesos de imposición religiosa sobre las comunidades indígenas mexicanas, de
las luchas agrarias, de la pobreza y de la desigualdad.
“’La casa de las once puertas’, muestra once entradas y salidas por donde
deambulan historias y costumbres, olores y sabores, almas y espíritus,
pensamientos y visiones que son parte de la identidad, de una familia libanesa
y un lugar que forman parte indiscutible de la identidad”, precisa y subraya
que los recuerdos de ese patriarca libanés fueron pretexto justo para crear un
reencuentro con el pasado histórico, recurrir a los sitios originales de la
emergencia familiar y generar un encuentro íntimo que permite el reconocimiento
de la identidad de los descendientes de inmigrantes.